Como consecuencia del cambio de calendario, al objeto de no repetir parajes y rutas, hemos cambiado la etapa prevista para este fin de semana
Seguimos en la Sierra de Espadán pero nos vamos a su parte norte a Tales
Esta zona la tenemos menos vista y realmente es preciosa
Vuelve a ser una etapa circular, con lo que pueden venir todos los que deseen pasearse con nosotros estas fechas prefalleras.
Al igual que la anterior, es un perfil de etapa realmente bonito y sin grandes complicaciones, pero con la diferencia de que es más suave, más corta, más tranquila
Por esta razón no se han planteado opciones, hoy todos tienen que apechugar con la etapa en su integridad.
Os incluyo el perfil y mapa elaborados por Simón, cuando hicimos la exploración junto con Miguel hace unas cuantas semanas.
En total no llegaremos a andar los 15 kilómetros y subiremos acumulados unos 775 metros, por lo tanto le corresponden tres estrellitas, que todo el mundo tiene que ganárselas, ¡ya está bien de regalos encabezados por el rey mago Simón!
Cómo llegar:
Se sale de Valencia a las 7,30 horas vía Castellón
Tomamos la CV-10
Salida por Onda-Villarreal
Se cruza todo el pueble de Onda
Seguimos hacia Artesa
Y llegamos a Tales
Justo al entrar en el pueblo hay una calle a mano izquierda donde se pueden aparcar los coches de aquellos que vengan en vehículo propio.
En total son 75 km
Ruta:
Tales – Espino – Cova d’Alto
La ruta desde la misma entrada al pueblo
Se sube la cuesta que se inicia en la calle donde hemos aparcado perpendicular a la carretera
Cerca de la salida se ve una bifurcación de pistas,
Tomamos la de la izquierda
La referencia es que pasamos por la puerta del cementerio (no tiene ninguna doble intención con la dureza de la etapa)
Andamos unos 900 metros y llegamos a una pista que tomamos a la izquierda y muy pronto la dejamos por una senda que transita a la vereda de un barranco
Aquí viene el problema del día.
Esa senda nos aboca a otra pista, preciosa y bien trazada, pero, ¡oh sorpresa! No hay que cogerla, sino que hay que seguir por otra senda menos lustrosa que continúa por la orilla del barranco
La cruzamos y empezamos a subir
Se suben unos 200 metros en un kilómetro, por lo tanto la pendiente media es interesante y te permite entrar en calor si estamos en invierno
Durante muchos tramos del recorrido veremos algunas marcas con dos rayas blancas, que nos sirven de referencia, no son oficiales sino pintadas por las peñas de montañistas que crean nuevas sendas y las marcan para señalar sus trazados.
En la parte alta de la colina que hemos subido nos encontramos con otra senda que baja (es la senda del Montí) que tomamos a la derecha hacia abajo
Muy pronto nos aparece una nueva bifurcación de sendas
Tomamos la senda de la derecha
La bajada es muy acusada pero no muy larga
De nuevo enlazamos con otra pista, la cruzamos y seguimos rectos por un sendero que no es otra cosa que un atajo de esa misma senda, pero que nos permite ahorrarnos unos cuantos cientos de metros y converge con la pista original unos cuantos metros más arriba
Retomamos la senda por la izquierda y continuamos por la misma aproximadamente 1,5 kilómetros
Salen diversas sendas pero seguimos por la principal que suele ir por la derecha (¡faltaría más!)
Nada más pasar el barranco de Don Isidoreo (donde hemos puesto nosotros un fita, para añadir más confusión a las señalizaciones existentes) nos desviamos a la derecha por un sendero recientemente desbrozado y limpio que nos lleva a los cinglos del Espino
Las vistas desde aquí son muy bonitas y pasaremos por toda la ceja de los cinglos
Pero no os hagáis ilusiones, la meta no es esta, la meta se encuentra en la montaña de enfrente
Para alcanzarla hay que bajar unos cuantos metros, con un tramillo algo aventurado (nada grave, pero hay que ir con cuidado)
Se baja al collado de enfrente y se sube finalmente al pico que tiene el vértice geodésico del Espino
Se puede almorzar allí, si Simón no se pone nerviosa a las 10,15 y es secundado por los que prefieren algo más que una manzana.
Retrocedemos unos pocos metros y retomamos el sendero que traíamos en la misma dirección
Empezamos la bajada por la otra vertiente de la montaña
Llegamos a una senda
En este caso la tomamos a la izquierda y después de casi 1 kilómetro y después de pasar un aljibe y una construcción derruida llegamos a la Cova d’Alto
Esta parte del camino es bastante llana, la senda limpia, pero hay que prestar atención al trazado
Ahora en este tramo las marcas son azules
La Cueva es digna de visitarse
Hace falta frontal
Hecha la visita, retrocedemos el kilómetro que nos hemos desviado y seguimos la misma pista que sigue bajando sin tregua
Llegamos a una trifucación
El camino a seguir es el de enfrente, esto es, no hay que dejarse engañar, no tomar ninguna de la pista que se nos ofrece, sino seguir adelante y tomar una senda empedrada que nos llevará, como no, a otra pista más importante
La tomamos a la izquierda
Llegamos a la Font del Montí (con agua)
Nos acercamos a la fuente y por su parte alta a su derecha sale otra pista muy bonita entre pinos
Llegamos a una bifurcación de sendas, y cogemos la que va a la izquierda, siguiendo las marcas blancas
Esta senda nos aboca al camino viejo de Aín
Nos encontraremos como referencia justo en la confluencia con el camino a una masía pintada de rosa
Tomamos esta nueva senda hacia la derecha durante unos 700 metros
Nos fijamos atentamente las marcas que blancas que debemos seguir y sin dejarlos nos lleva casi al cementerio, en el sentido físico de la ubicación de dicho emplazamiento en el pueblo de Tales,
Enlazamos con la senda de la mañana y de aquí a los coches es coser y cantar.
Fin de la excursión y tres estrellas más para la nota final
La comida:
Restaurante Piscinas de Tales
Contacto:Carlos
Teléfono: 619964196
Dirección: Av. De Castellón - Tales - Castellón
Menú
Bravas
Rabas de calamar
Ensaladas
Fideua
Postres
Cafés
Bebida
Precio: 12€
Recomendaciones:
Llevar agua para el camino
Almuerzo para cuando paremos
Gafas de sol
Crema de sol
Gorro para cubriros del sol
Camiseta y calcetines de recambio
El bastón o bastones pueden ser útiles
Nunca está de más llevar un plástico por si nos coge algún chubasco hoy o cualquier otro día